Una nana. Ni rock alternativo, ni guitarras, ni baterías, ni disonancias, nada,…Solo piano, órgano y cajas de música.
Solo dos minutos de tema, solo 6 frases para los que saben contar cuentos, y traen el mar debajo de tu ventana, o como en el caso de mi abuelo, te trae los montes de León con sus nieves, sus lobos y sus rapaces.
Una canción para recordar las mañanas soleadas en las que Antonio nos contaba cuentos y todos éramos más pequeños.
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Espero que os guste, ya diréis.
© 2006 Orris Lavazur
1 comentario:
Me gusta, me gusta demasiado. Demasiado corta, me obliga a ponerla una y otra vez, lo que supongo que es muy positivo. Pero no puedo evitar llorar y llorar. Sentir demasiado, y alegrarme de que tú, sientas igual.
Qué buenas (qué necesarias) son las creaciones que te hacen sentir, y sé que se debe a que nacieron de un intenso sentimiento. Si eres capaz de cerrar ese círculo: sentir-crear-sentir, es que eres bueno, no hace falta que lo diga un programa matemático.
Sólo una pega, la voz me parece que está demasiado bajita. Quizá en un buen equipo de música...
Timone
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