Casablanca, el montaje del director

Anoche, cabalgando sobre el recuerdo de la expo y con el deseo de que comenzará ya el fin de semana nos acercamos a la parte trasera del pabellón de España para asistir a la proyección al aire libre de “Casablanca”. Para ello íbamos provistos de lo fundamental: chaquetas para el “frio”, cacahuetes y güisqui con cocacola. Contábamos con que mi hermano o Johnny99 trajerán el tabaco para tener la ambientación necesaria para poder disfrutar de esa obra maestra.

Y empezó la película. Se sucedían la galería de personajes, de frases con doble sentido, de puyas, miradas, gestos, concursos de cínicos,… y llegó el momento clave: Sam ha vuelto a tocar la canción, Rick, enfurecido le recrimina por ello y entonces la ve y fue entonces cuando entramos de lleno en la película, pero literalmente. El viento levantó la pantalla que colgaba de la estructura mediante dos sirgas, las filas delanteras huyeron despavoridas, a nosotros nos dio la risa floja, los técnicos después de un instante de incredulidad se lanzaron a intentar amarrar la pantalla. Y la proyección siguió y nosotros sin poder asimilar lo que pasaba permanecíamos sentados mirando a Rick mientras un operario se abrazaba a la pantalla siendo zarandeado por el viento. Sublime.

El montaje del director de la cosa me pareció brutal, digno de una ciudad como Zaragoza. ¿Cómo iba a saber el pobre organizador que en esta ciudad hace aire y que tiende que levantarse precisamente cuando se pone el sol? ¿Cómo iba a saber qué además en el entorno de la expo el aire es especialmente puñetero si nunca se había hecho nada al aire libre en dicha zona?

En fin, como dijo una señora creímos ir a ver “Casablanca” y en su lugar vimos “Lo que el viento se llevó”. Al final tuvieron que desalojar el recinto ya que además se empezaron a caer las vallas que previsoramente habían cubierto con publicidad para que el empuje del viento se frenara.

En fin, fue entre patético, entrañable y divertido. Esta noche “El exorcista” ¿Qué habrá preparado el director para sorprendernos?