Tengo una imagen en la cabeza. Una carpa de circo pequeñita iluminada tenuemente por bombillas amarillentas, dos proyectores de luz con fuelle manejados por un titiritero; en la pista ,bajo los focos, un salvaje domador con capa raída, torso desnudo, calzón de cuero y botas de una vieja armadura restañando el látigo y enfrentándose a las más diversas bestias, dominando los elementos, dando vida a lo que no la tiene.
Un demente, un loco, un ingeniero. Una versión bizarra, decadente, soñadora y mágica del circo clásico. Un hallazgo.
4 comentarios:
Yo aún no he conseguido salir de ese ambiente polvoriento y sombrío en el que cualquier cosa era posible.
La experiencia de ayer fue como salir del mundo real y entrar en un universo imaginado por Tim Burton en el que el metal, la madera y el aire cobraban vida de la mano del más extraño personaje visto jamás bajo una carpa de circo.
Increíble.
Más que Tim Burton, yo pensé en Delicatessen. Es cierto, mejor no contar nada del caballero decrépito y sus poderes. Sólo diré que después de años persiguiendo, circos, teatros, festivales, las novedades en espectáculos y arte de BcN, Tárrega, Rotterdam, Beijing, París... el sábado por fin, vi aquello que tantas veces había estudiado.... Una revolución en el arte, el comienzo de un género, de un ismo, algo emocionante e indescriptible, un genio, un creador....
No sé. Realmente emocionada de ver que el arte no está muerto que hay gente que realmente no límita su mente y la hace nos hace volar, por caminos que no salen en ningún mapa ni programa.
Un lujo.
Timone
Pero que hostias me estoy perdiendo!!!. Salgo una semana de la city y os noto mas que estasiados, en pleno éxtasis orgásmico.
Perdón por interrumpir.
Me
Parecerá increible, pero me gustó más la segunda vez que la primera. El poder paladear cada detalle con calma, cada gesto, cada movimiento,... Volvió a ponerme los pelos de punta.
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